Las cosas no siempre son lo que parecen
Ves una chica sentada en un rincón. Está triste y mirando al suelo. No hay nadie a su alrededor. Te imaginas que cuando empieces a hablar con ella va a responder con indiferencia diciendo que la dejes en paz. Pero te acercas y de inmediato te sonríe. Comienza una conversación muy animada.
Ves a una chica bailando y sonriendo, te está mirando. Supones que cuando te acerques te va a responder positivamente. Te acercas, le haces un comentario y te responde de una manera soberbia y mal educada.
¿Qué quiero decir con todo esto?
Quiero decir que no puedes saber lo que va a ocurrir con algo hasta que lo haces. No sabes cómo va a ser el melón hasta que no abres el melón. Pasa en general con cualquier cosa, pero más aun con las chicas, que tienen situaciones emocionales impredecibles.
Puedes crear reglas y hacer suposiciones en virtud de lo que veas, pero será solamente una predicción.
Es como la predicción del tiempo. El hombre del tiempo te puede decir que va a hacer sol o que va a llover, pero hasta que llegue el día , no vas a saber si es así o no.
Cada mujer es una puerta
Cada mujer es como una puerta que lleva a un mundo desconocido. A veces por el aspecto de la puerta, puedes imaginar lo que hay detrás. Pero la única manera de estar seguro es dando un paso hacia delante y entrando. Todo lo demás no es sino una mera predicción.
Los planes anticipados están bien, pero lo más importante es tener la flexibilidad para adaptarte a lo que vas a encontrar. Esa flexibilidad la consigues con dos cosas:
- Teniendo los ojos abiertos para descubrir detalles que puedan resultar importantes.
- Aplicando reglas claras que te permitan guiar la interacción hacia tus objetivos en virtud de las circunstancias que se produzcan.
Así básicamente el esquema en la aproximación sería:
Analizar rápidamente la situación -> ser consciente de que no sabes lo que vas a encontrar -> actuar -> adaptarte a lo que pueda ocurrir.